¿Alguna vez se han preguntado si los peces beben agua? Puede parecer una pregunta algo absurda, pero la respuesta es muy interesante, ya que esto depende directamente del medio donde vivan. En este post le explicamos por qué los peces de mar beben agua y los de río no lo hacen.
Los peces marinos sí beben agua y, además, lo hacen de manera continua. El agua del mar, como todo el mundo sabe, es salada (por cada litro hay aproximadamente unos 33 gramos de sal).
En el océano habitan numerosas especies como las esponjas, los bivalvos, las anémonas o los erizos, entre muchas otras, que tienen la misma concentración de sales en su organismo que el agua del mar.
Sin embargo, un gran número de especies, sobre todo los teleósteos marinos -la infraclase a la que pertenecen la mayoría de los peces- poseen una concentración menor de sales que el medio marino en el que viven.
La ósmosis es el fenómeno de igualación de distintas concentraciones separadas por una membrana semipermeable, y el agua siempre fluye en los cuerpos de las concentraciones menos salinas a las más salinas.
Por esta razón, al ser su concentración de sales menor que el medio en el que vive, el cuerpo del pez de mar pierde agua, filtrándose al exterior a través de su piel, y sufre una progresiva deshidratación.
Para contrarrestar esto y mantener el equilibrio de sus fluidos corporales internos, los peces de mar se ven obligados a beber mucha agua. Aunque al hacer esto también ingieren sales, estas no son absorbidas porque no las necesitan, al menos no su mayoría, y son expulsadas a través de las branquias y la orina, que es muy concentrada y con poca cantidad de agua.
A los peces de agua dulce les sucede todo lo contrario. A diferencia de los marinos que corren el riesgo de expulsar demasiada agua y, por tanto, de deshidratarse, los peces de río, al tener en sus fluidos corporales mayor concentración de sales que el agua dulce, corren el peligro de que les entre demasiada agua o, dicho de otra forma, de que mueran por exceso de líquidos.
Para evitar esto utilizan dos mecanismos muy simples. El primero, consiste en dotarse de una estructura corporal impermeable al agua, y el segundo, en sencillamente no beber agua.
Aunque los peces que observamos en el acuario abren y cierran la boca, lo que están haciendo, en realidad, es respirar. Por lo tanto, los peces beben en el mar, pero no en el río.
Aun así, estos mecanismos son limitados y cierta agua dulce entra en el organismo por el fenómeno de ósmosis, a través de la piel y las branquias. Por ello, para mantener el equilibrio interno es necesario que eliminen el agua a través de la orina, que, a diferencia de los peces marinos, es muy abundante y poco concentrada, ya que necesitan retener las sales.
Los salmones son un caso muy particular que se adaptan a lo largo de su vida a ambos tipos de medios. Algunas de las especies de estos peces nacen en los ríos, y después de recorrer su curso migran hasta el mar.
De hecho, algunos regresan al lugar donde nacieron para procrear. Al principio, en agua dulce, evitan beber agua y perder sales, pero al llegar al océano no dejan de beber y eliminarlas.
Como puede ver, la frase del villancico “beben los peces en el río” no es muy acertada, aunque sí sería correcto decir “beben los peces en el mar”.
En otro post anterior ya hablamos sobre cómo duermen los peces, otra cuestión muy interesante que les diferencian de los seres humanos.
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